El museo Nacional de historia natural de Washington tenía un gran problema: el espectáculo en su planetario estaba matando de aburrimiento a los visitantes.
No habían pasado ni diez minutos de la función, cuando ya la mayor parte de la audiencia estaba cabeceando.
Así que le pidieron a Ray Bradbury -el célebre autor de ciencia ficción- que  los visitara para supervisar que estaban haciendo mal.
Bradbury echó un vistazo y les dijo:
«Están explicando, y deberían estar ofreciendo una experiencia”.
Y continuó: “Un planetario es una catedral del espacio… donde vas a adorar el universo.
Y ustedes están tratando de analizar  “ciencia”.
No, no, háganse a un lado y dejen  que el universo me deje boquiabierto… impresionado  con su magnitud infinita…
… el universo no necesita que ustedes susurren por él, cuando el puede ¡GRITAR!
… y si hacen un buen trabajo, la gente a la salida comprará sus libros,
…irán  a la tienda por  recuerdos y camisetas.
 Pero no  pongan los libros en el techo…

… ¡Pongan la vida!”.

Lo mismo pasa cuando tratas de encontrarle una explicación a lo que vives.
Incluso, aunque la encuentres, explicar las cosas no cambia nada.
Contarte una historia sobre lo que te sucede tiene su lado bueno, es un intento de darte un contexto, una explicación, una coartada.
Pero, desafortunadamente, no cambia tu situación fundamental.
Un mejor camino, es encontrar palabras precisas para nombrar… para describir tu experiencia interna (sin juzgarla). Términos que te ayuden a percibir y a conocer lo que está sucediendo dentro de ti.
Eso abre la puerta al aprendizaje… a la conciencia… a dejar que “tu universo interno” ¡grite!
Porque todo lo que sucede dentro de ti es una experiencia somática, es decir, es una experiencia que ocurre en tu cuerpo.
Cada experiencia tiene un impacto en tus sensaciones… en tu musculatura… en tu capacidad para moverte… en tu sistema inmunológico… en tus percepciones… y en la forma como reaccionas frente a las personas que te rodean.
Es como si probaras una sopa y te dijeras: ¡Guau! sabe muy bien, esta sopa sabe mejor que la que tuve ayer.»
Sabes lo que está sucediendo, porque estás conectado a tu conciencia corporal.
El problema es que esta capacidad de mirar hacia adentro y sentirte a ti mismo es difícil cuando estás “desconectado”.
Y esa desconexión es algo que aprendiste, y la repites cuando tienes miedo, o cuando  sospechas que sólo encontrarás “demonios” acechando en tu interior.
Todo esto interfiere con tu capacidad de estar plenamente vivo en el momento presente.
Lo qué sea que haya sucedido antes, en este momento ya es pasado. Y el pasado es algo que ya terminó.
No debería ser relevante, excepto para aprender de él.
La vida ocurre AHORA, en tu experiencia actual.
Y esto significa conectarte, percibir la experiencia de tu cuerpo en el momento presente.
 
Hasta pronto,

Jorge Galindo
Director CÓRPORE
www.corporal.com.mx


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P.D. Me gusta creer que en Córpore también tenemos un Planetario.

Un lugar donde puedes asombrarte al infinito; un espacio para quedar pasmado ante la sagrada magnanimidad de tu Universo Interior.

Donde, como dijo Bradbury, puedes dejar que tu Universo interno ¡GRITE!…

Por supuesto, me refiero a nuestro Entrenamiento Internacional en Psicoterapia Corporal.

Y tu silla está lista…

… ¿te animas?

Revisa aquí la información completa del entrenamiento

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