Rocky Balboa, interpretado por alguien que seguramente conoces, Sylvester Stallone.

Hoy todos recordamos a aquel famoso personaje y muchos otros icónicos de sus películas tan taquilleras.
Pero no siempre fue así, de hecho, Stallone estaba pasando hambre cuando escribió, él mismo, el guión para una película que tenía en la mente: Rocky, acerca de un desconocido pero ambicioso boxeador.
Una vez concluido el guión, buscó productores que quisieran financiar la película.
A estos les gustaba el guión, pero querían a otro actor que interpretara al protagonista. Pensaban que Stallone NUNCA sería un actor taquillero.
De hecho, le ofrecieron dinero a cambio de los derechos de autor.
Pero Stallone no se dejó convencer. Cuando una puerta se le cerraba, él tocaba otra… y luego otra… y otra. No dejó de moverse.
El fin de la historia ya lo conoces.
¿Te suena familiar? ¡Seguro!… puede ser tu mismo caso.
También has tenido varias ideas geniales.
Y habrás comprobado que para que tus sueños se hagan realidad, necesitas ACTUAR.
No es suficiente el solo desear lo que quieres.
En estos tiempos “New Age”, es popular la concepción errónea de que basta con simplemente visualizar algo para que se manifieste.
En cierto modo es cierto: cuando te enfocas en lo que quieres, estás iniciando una conversación con el universo.
Tu visión, tu deseo definido y claro, puede traerte oportunidades valiosas y relevantes, pero tarde o temprano necesitas actuar.

Así es como opera la expresión creadora del universo.

Parece difícil cuando no sabes hacerlo, pero se facilita cuando aprendes como. Y la manera más efectiva de aprender es viviéndolo. Por eso te invito a nuestro Entrenamiento Internacional en Psicoterapia Corporal, 2019

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